Su nombre es
Lara, una joven oficinista de la municipalidad de Mar del Plata, cuyo trabajo era dictar las
penalizaciones de las multas no pagas de
su distrito. Alborotada siempre de tanto trabajo, en su oficina acogedora, no
encontraba mejor recreo que observar la pared de aquella oficina eh imaginar
los paisajes mas soñados, las salinas de Jujuy, las praderas de La Pampa, tal
vez soñaba con Salta en el invierno pero el gran sueño de esta joven
mardelplatense era conocer Colombia, cruzar la barrera, llegar a lo más alto,
romper los miedos.
Un día
agotador para Lara, llegaba a su casa deseando jugar con su niña de tan solo 7
años, ya que había estado 8 horas con la niñera… va, mi madre Marta. Mis días
cada vez eran más agotamiento físico y mental que otra cosa. Mi niña se dormía
la siesta a eso de las 16pm dejándome el espacio adecuado para poder descargar
mi sueño con mi madre y unos mates.
Lo analice
durante mucho tiempo esto de los paisajes que veía en la pared de mi oficina
y llego el día, llego ese gran día, ese día
que no lo estaba esperando. Mi niña me pide con los ojos llenos de lágrimas que
no valla a trabajar para que me quede con ella jugando toda la mañana pero mi
conciencia era mas grande por dejar a mi
jefe en banda. Ese día salí por la puerta de mi casa, secando las ultimas
lagrimas de mi niña, me tome el 418 que
me dejaba a 8 cuadras de mi trabajo, 50 minutos de viaje pensando.
Al llegar a
mi trabajo una fuerza energética exterior a mi, me dice que no entre, que mi hija me necesitaba
mas que mi jefe. Hice 20 pasos para atrás y salí corriendo del miedo que me vea
algún compañero no entrar. Corrí a la primer parada del 418 azul que tardaba un
poco menos que el rojo y me subí a ese
micro con un deseo mas, llegar a mi casa, buscar en el cajón la plata ahorrada
de tantos años de trabajo y armar el bolso de mi niña con todas sus prendas.
Solamente pudo anhelar mi felicidad y la necesitar de concretar ese deseo una
viejita que le di el asiento para que se siente y de paso le conté, la alegría
era mucha y la necesitaba compartir.
Llegue a
casa y mi madre Marta estaba cocinando una ñoquis, ya que para ella era ley
todos los 29. Le pedí a mi madre que se quede un rato mas con mi niña que tenia
que hacer unas cosas mas fuera de casa pero que en menos de una hora volvía.
Agarre todos mis ahorros y me dirigí a un remate que veía a la pasada yendo al
laburo, allí había a la venta una wawa hermosa, la veía todos los días al pasar…
era de esas Volkswagen que parecían una bolsa llena de pan lactal y
mi jefe me decía que era de hippies esa camioneta; obviamente me importo muy
poco y la compre. La miraba al salir y era de esos amores que podías tener
relaciones con solo mirarla, mis pensamientos me decían “Es hermosa, estoy
enamorada de ella”. Ya con mi wawa equipada como para viajar, me dirigí a casa,
comí los ñoquis, le presente mi nuevo amor a mi niña y eso de las 19pm con todo
listo emprendimos el viaje hacia la felicidad con mi niña. Si, yo Lara Laguna y
mi niña, nadie mas que nosotras.
Nuestro
primer destino fue La Pampa, ahí conocimos gente muy buena, anduvimos de fiesta
en fiesta culturales, conocimos algunos viajeros, mi niña jugaba y saludaba a
todo el mundo, la felicidad que necesitaba ya era continua todo el día. Luego
pasamos por Salta, Jujuy, conocimos también las cataratas en Misiones pero
obviamente no todo era de color de rosa y viva la pepa. La plata se empezaba
acabar.
Saliendo de
Misiones ya con el frio a cuesta, tuvimos un percance con la wawa, los extremos
se habían deformado, mi cabeza me decía ¿Cómo solucionamos esto? Éramos dos
mujeres, mucha idea de mecánica no teníamos y la plata ya no alcanzaba. Esa
noche dormimos abrazadas y con un poquito de hambre ya.
A la mañana siguiente, fui a la estación a
buscar el desayuno mientras mi niña dormía y pensaba, pensaba y pensaba nada
mas. Me estaba por ir hacia la camioneta y un flaquito no mas de 23 años, un
poco sucio y con una gran mochila en su espalda me pide plata como para
desayunar algo y tristemente le respondí
que no tenia pero que me encantaría ayudarlo. El para nada se molesto,
solamente me dijo que si ninguno de los dos teníamos plata que busquemos la
forma de que dos cabezas generen plata y no cada una por separado, me reí y
acepte que tenia razón. Discúlpame, no me presente, mi nombre es Matías y soy
de Chubut, soy un excelente payaso, me gano el pan abajo del faro y con eso
viajo…te preguntaras porque no estoy abajo del faro ahora no? Lo que pasa es
que hace frio ya y la gente comienza a salir de sus casas un poco mas tarde. Me
volví a reír y lo invite a que se acerque a mi wawa pero que no entre ya que mi
niña dormía, le pedí que saque sus juguetes para el semáforo y que me enseñe
algo. No me preguntes pero en una hora aprendí hacer malabares y cuando la
temperatura empezó a subir un poco y las calles se pusieron en actividad, me
pinte la nariz de rojo y nos dirigimos al primer faro que había, llegamos hacer
algo de 700 pesos. Al despertar mi niña me vio con la nariz pintada y me regalo
la sonrisa mas linda que había.
A Matías lo
ayude bastante y el a mi también, se daba mañana en ensuciarse las manos y
logro arreglar la wawa asique imposible
que no lo lleve algún lado, me había enseñado a malabarear y me había arreglado
mi gran amor, era el amigo que necesitaba en ese momento, solo amigos.
Llegamos a
la frontera de Argentina, mi vida decía “por fin” … esperando cruzar la
frontera Matías se bajo de la camioneta y me dice Lara un gusto conocerte, mi
viaje termina acá, me esperan amigos del otro lado de la montañana. Le di un
gran abrazo a Matías y mi niña chispio unas lagrimas cuando se bajo, el había
sido un gran amigo y compañero para nosotras.
Llegamos a
Bolivia y recibo un llamado, ese llamado que no esperabas, que no querías,
bueno lo recibí yo. Era el padre de mi niña, el vivía en España, obviamente se
fue cuando ella era un bebe, era uno de esos padres de ahora, los 4.0. El loco
me había chusmeado mi facebook y había visto las fotos mías con mi hija en
distintos paisajes, con mucha gente buena onda y en todas las fotos mi niña con
gran sonrisa, estábamos mas felices que nunca juntas. Sin darme cuenta ya
habían pasado 4 años de mi partida y mi niña ya no era tan niña, tenia 11
pisando los 12, obviamente paso cumpleaños en todos lados y siempre fueron muy
lindos, ella misma me lo decía. Yo era de esas madres que mucho no me importaba
que tenga alguna pilcha de marca o que valla al colegio, yo le enseñaba a leer
en el viaje, a escribir, pintábamos, leíamos historias al lado del fuego o
hacia lo que podía pero a comparación de otra madre no era lo mejor que hacia
para mi hija.
El loco
siguió jodiendo durante unos largos meses, nostras ya llegando a Perú. En una
de esas bajamos a una parrillita a comer
algo rico y de repente cae el loco al mismo lugar donde estábamos nosotras, el
cambiado, habían pasado muchos años sin vernos, se le presenta a mi niña como
si lo conociera de toda la vida y le promete la gloria y mas, le dice que el la
iba a llevar al colegio y que iba a tener amiguitas para invitar a su casa, que
iba a tener un baño como la gente para bañarse y que tenia dos perros muy buenos que el quería
que conozca. Mi niña ya crecida y pudiendo interpretar sus propios
pensamientos, creció en la calle ¿Cómo no iba a poder hacerlo? Decidió en ese
mismo instante dejarme eh irse con el a España, obviamente, cualquiera convence
con joyas y oro a cualquiera. Deje de lado la postura esa de madre hippie y
acepte a que ella tome su propia decisión, yo no podía comprarle juguetes,
ganaba por faro algo de 300 pesos y era con lo que comíamos el día a día, por
un momento mi mente se cayo al suelo y deje que se aplaste para dejar de pensar y que ella tomara su
dedición. Su decisión al fin, me desgarro el pecho.
Si! Me
sentía sola, las noches en la wawa no eran lo mismo sin ella, mucho ya no me
importaba ir al faro, si comía era algo que me regalaban o que encontraba, toda
mi vida se había ido con ella a España.
Luego de
pasar unos cuantos meses de depresión, recibo mensajes de ellas diciéndome que
me extrañaba pero que estaba bien con su padre, la novia era muy buena y le
ensañaba a cocinar, sus compañeritas de colegio la invitaban a su casa a jugar
y en sus materias tenia todos 10… las cosas tan mal no las había echo decía por
dentro, ella me mandaba que siga mi viaje, que llegue a Colombia que cuando
llegue ahí ella iba a viajar a visitarme donde este, el padre ya se lo había
confirmado. Ese mensaje me incentivo, Salí a laburar de nuevo y emprendí viaje,
mas sola que nunca.
Después de 6
meses de viaje, llegue, llegue a Colombia, lugar que tanto había soñado, era
como lo vi en fotos, no lo podía creer. Estacione ahí en un grupo de artesanos
que estaba vendiendo y abrí mi baúl con todos los atrapa sueños que tenia, ese día
me fue muy bien, me compraron alrededor de 20, eran algo de 350 bolívares, algo
de 600 pesos para mi. Fui a una almacén a comprar la comida de la noche y en la
puerta un vaguito Juan Salvador me pidió unas chirolas como para zafar esa
noche, me dio tanto pudor que le dije que se venga conmigo a comer una sopa de
verdura y a guitarrear un rato, ya estaba muy sola ¿Qué iba hacer? Necesitaba compañía.
Juan
salvador no era del todo educadito como yo, el era mas sucio y consumía un
tabaco asqueroso que le dejaba mucho olor pero por suerte siempre tuve ese
tercer ojo de saber quienes son personas buenas y quienes malas con solo mirar
a los ojos a alguien.
Si! Pase la
noche con Juan adentro de la wawa, me conto su vida y que tenia 8 hermanos pero
que el era el mas calaverilla de la familia. Pasamos una noche única, hacia
muchos años no sentía tantas energías todas juntas. Creo que me enamore de este
vago.
Pasaron los
meses y mi relación con Juan cada vez era mas grande, tuvo algunos deslices
pero bueno todos los tenemos, lo supe perdonar y como pude lo corregí bastante,
le enseñe a malabarear, hacer atrapa sueños y le conté que mi nuevo sueño era
no estar mas sola después de la soledad que había padecido y el sueño de el,
era escapar de su realidad, quería viajar el vaguito. Se puso las pilas después
de unos meses mas y me lo lleve conmigo, fotos, anécdotas, risas, energías,
hambre, frio, calor, inseguridad y
embarazo ¡!!!
La cosa se
ponía jodida, se agrandaba la familia, para el era lo mejor que le pudo haber
pasado esperar un niño. Me miraba mientras manejaba y me decía flaca sos mi
vida, gracias, a mi me llenaba mucho el
alma escuchar eso.
Pasados los
9 meses y el haciéndose muy cargo del trabajo y no faltándole el respeto al
faro siempre venia con la plata para comer y para manternos con la vitalidad de
siempre, aprendía por su cuenta trucos nuevos y a la gente eso los seducía mas
y nuestra bolsa de dinero crecía mas.
Llegando a
Venezuela nació Luna en un hospital publico de allá, su padre le había tallado
un hermoso collar con una luna. Si che, el vaguito cambio y es el mejor padre
que puede existir.
Semanas
después de haber nacido Luna, pensaba, creí haberlo visto todo, había recorrido
durante años distintos lugares de América, había conocido a Salvador, llevaba
en mis ojos los mejores paisajes y en fotos también pero algo nuevo había en mi
viaje aparte de la familia que había logrado formar.
Hoy la Luna
viaja todos los días conmigo y eso es algo inabarcable en mi vida, no necesito
mas nada, cualquier tipo de dolor Lunita y este hermoso vaguito que me cruce me
lo disolvieron.